Leyes de la escritura (II)

LEYES DE AUTOMATIZACIÓN

LEY 1. Concepto de tonalidad nerviosa. Realizado en el consciente el aprendizaje de la escritura, los movimientos ejecutivos de la misma pasan a formar parte de los reflejos habituales, determinados desde dentro del yo mediante la concepción del pensamiento que se quiere expresar y cayendo bajo el dominio de la tonalidad nerviosa y, por lo tanto, bajo el dominio operativo de los contornos característicos del inconsciente.

Como cada individuo es un mundo, cada tonalidad nerviosa es un caso en sí misma, llena de toda la riqueza caracterial del sujeto.

 

LEY 2. El movimiento escribiente es deliberado, o sea, consciente (por cuanto considera o atañe al pensamiento que se quiere expresar y la misma decisión de expresarlo por escrito) y reflejo del interior, en cuanto a la ejecución material del trazado.

 

LEY 3. La escritura es la resultante del choque entre el esfuerzo habitual inconsciente de imitación fiel del modelo caligráfico y la fuerza deformadora que se da en la tonalidad nerviosa personal de tal modelo, que proviene de la zona subcortical, la zona del neurovegetativo y por lo tanto, del inconsciente.

 

LEY 4. El choque entre el esfuerzo de imitación y la fuerza deformadora se manifiesta también durante el aprendizaje de la escritura, donde trabaja preferentemente el consciente.

En la escuela durante los primeros años el esfuerzo no es inconsciente, sino consciente. El niño trata por todos los medios de dibujar el símbolo-letra tal cual se lo han enseñado, impidiendo el paso, en la medida de sus posibilidades psíquicas, a la tonalidad nerviosa personal.

Autor: Ofelia Lema

Criminóloga y perito judicial. Experta titulada en pericia caligráfica y grafológica. Técnico en mediación, negociación y resolución de conflictos. Formadora en oratoria y técnicas de comunicación. Todo profesional de la criminología es un científico analítico de profunda formación interdisciplinar que evalúa tanto los problemas derivados del delito como el análisis de la realidad penal para prevenir el mismo. Es, en fin, un estratega de la prevención y represión de los fenómenos delictivos y un diseñador de supervisión social ajustado a la compresión del delito, el delincuente, la víctima, los métodos de control social y el entorno existentes en este complejo campo.

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